Tomar café es un gusto cultural. Esa descripción puede sonar demasiado general, pero es justamente esa generalidad cafetera la que me asombra. La verdad es que lo “cultural” realmente es tomarlo.
Es cierto que al pensar en café de inmediato se nos vienen algunos países a la cabeza: Brasil, Turquía, Italia, y bueno, Colombia que bien podría ser el primero, aunque algunas veces creo que es más por costumbre que por números.