Manuel Klinger fue único, pero historias como la suya hay por montones, pues en últimas en el continente americano, muchos somos migrantes y todos tenemos algún viaje que contar.

Por: Vanessa Villegas Solórzano

Dicen que Mendl Klinger era un gran deportista, le gustaba boxear y para ello entrenaba todos los días. Dicen también que con dieciocho años cumplidos tuvo un privilegio que pocos judíos de su región consiguieron: obtener un pasaporte, pues para 1.921, en la región de Besarabia, los judíos tenían acceso restringido a la ciudadanía y, en consecuencia, tenían limitado derecho a pasaporte y a la libre circulación por el territorio rumano.

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