Don Mario sabe gozarse la vida y no hay quien lo apague.
Por: Vanessa Villegas Solórzano
“Don Mario, buenos días”, “don Mario, una pregunta”, se escucha gritar por los pasillos de uno de los almacenes de cadena más grandes de Colombia. Y don Mario, a pesar de su corta estatura y de sus kilos de más, saluda ágil y amorosamente a todos quienes le extienden la mano, lo abrazan o simplemente lo llaman desde lejos.