En el «saibó» de Tuluá
Siempre presente en la casa de mi mamá en Tuluá, este ponqué es un recuerdo nítido, pues no faltaba nunca en “el mueble” que no tenía nombre propio, pero que era exclusivo para las “galguerias” (golosinas). Allí, cubiertas con tapas de vidrio para protegerlas de las hormigas, eternas enemigas de las golosinas en el Valle, reposaban galletas, ponqués y otras delicias de la tradición sefardita, “maduradas” en el cálido clima del Valle del Cauca. “El mueble”; era el buffet del comedor, pero fuera de este nombre “genérico”, tenía varios otros que todos reconocíamos. Mi mamá lo llamaba “el aparador”, Benilda, una empleada, lo llamaba «el saibó», anglicismo muy usual en el Valle… descubrimos que venía de “side board”, nombre inglés para el mismo o lo que en castizo se llama “la alacena”. Y a propósito, en casa de mis primos Alcalay en Buga, había uno, al que sí decidimos darle un nombre y le pusimos Ambrosio, porque en esa temporada se usaba un horrible jarabe para la tos que era redulce, que se llamaba Jarabe San Ambrosio, y como era tan mentado, se lo pusimos al susodicho mueble para cosas dulces.
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